Último adiós a un hombre bueno, a un verdadero y noble caballero.


El 17 de Abril de 2021, se llevó a cabo el sepelio del príncipe Felipe de Edimburgo, a quien por lo general muchos desconocíamos detalles de su vida más allá de ser el esposo de la reina Isabel II del Reino Unido y que con ocasión a su fallecimiento y contenido en los medios tuvimos oportunidad de saber sobre aspectos de la biografía y vida de este importante miembro noble de la Casa de los Windsor, información que siempre es de gran interés aprender ya que atañe personajes que tienen gran influencia.

Ese mismo día 17 de Abril, fallecía otra persona con una biografía también bastante interesante y que si bien no tan conocida mundialmente, a todas las personas que lo conocimos e interactuamos con él, y que puedo asegurar pueden contarse por cientos, podemos dar fe de haber aprendido muchas cosas de la vida y haber podido compartir con una persona rebosante de espiritualidad, bondad, nobleza, resiliencia y estoicidad  propia de personajes de ficción, un venezolano verdadero, un caraqueño genuino, de El Guarataro, el señor José Alberto Delgado, un hombre bueno.

José Alberto, Alberto, Albert, o simplemente el negro, - y no me vengan aquí con esa imbecilidad que si del lenguaje políticamente correcto que lo que ha servido es para generar abyección- tuvo y vivió una vida que bien merece ser contada y reconocida, y que sea expuesta en los actuales momentos que necesitamos referentes morales tanto en los actuales contextos globales como los que padecemos en Venezuela.

Nació en enero de 1946 de Margarita Delgado, sin haber conocido o tenido ayuda de su padre, sin siquiera haber terminado bachillerato, era una persona con quien se podía conversar por horas, luego convertidas en días, años y décadas como fue en mi caso sobre historia universal y venezolana, geografía, también universal y venezolana, qué decir de las esquinas de Caracas, de semántica y gramática, sobre música, especialmente el Jazz, y hasta de filosofía.

Desde niño un enamorado de la lectura, no existía momento que no estuviese leyendo algo, principalmente de contenido histórico, y si había un televisor cerca no había programa de concursos de conocimientos en el que no se sintiese un concursante más y acertase un gran número de respuestas mucho antes que los reales asistentes. Se imaginarán cuando conoció algo llamado internet y más específicamente YouTube,  donde como si fuera arte de magia, todas las inquietudes sobre lugares, personajes y acontecimientos encontraban un genuino espectador.

De niño, su mamá, la señora Margarita, lo llevaba consigo cada vez que podía donde hacía trabajos domésticos y donde no le era complicado hacer conversación con otros niños y adultos, tratando y opinando sobre temas propios de todos esos ámbitos, de ella aprendió y acogió una gran fe cristiana que lo acompañó hasta su último día.

Vendió periódicos, limpió zapatos, luego encargado de mantenimiento de un gimnasio y en una fundación en la zona rental de la Universidad Central de Venezuela.

En 1983 alternaba sus trabajos haciendo recados y diligencias a varios abogados en el Centro Empresarial en el centro de Caracas y en 1984 par de veces a la semana hacia las diligencias al "Chino" Hung del piso 11, unas de ellas llevar a su hijo, al "chinto" a las compras de útiles y uniformes escolares, iniciándolo en el conocimiento de las calles y esquinas caraqueñas y de la ubicación de todos los despachos oficiales en los que prestaba sus servicios con mayor diligencia y conocimientos que muchos profesionales, créanme.

Ya a  mediados de los años ochenta era imposible imaginar la firma Roberto Hung sin la particular presencia del Sr. Alberto, y las cientos de interacciones no solo con el chino y luego con el chinito.

Vio desfilar, pudo conocer y conversar con grandes juristas que iban a la oficina bien a tratar un caso como asociados o solamente a buscar algo en la biblioteca, siendo el Sr. Alberto el guardián de los textos, recordándole a los prestatarios que solo podían leerse en la salsa y que únicamente en casos muy especiales podía permitirse sacarlos, correspondiéndole también la misión de llevar relación de ellos y procurar la devolución.

Mucho ha sido el personal que ha pasado por la firma, sea como colaboradores, secretarial, de mantenimiento, o visitantes recurrentes, y en especial de estudiantes, asistentes y pasantes,  ninguno nos salvamos de su orden y disciplina, pero a la vez de sus bondadosos consejos, particular humor y tono de voz de locutor.

Los pasantes y asistentes en la firma no solo nos nutríamos en materias jurídicas propias de los bisoños estudiantes o abogados recién graduados, sino también nos enriquecimos con sus anécdotas y consejos, y lo más importante, sus mejores intenciones y bondad, convirtiéndose en el consejero de muchos en gran cantidad de temas, muchos de ellos nada fáciles como el de el propósito de la propia existencia y el de las relaciones personales.

Se convirtió en el confidente de muchos de nosotros en gran cantidad de temas, por supuesto que aquellos que más tiempo compartíamos mayores revelaciones, recíprocas, hacíamos, pero eso sí, cual oficiante confesionario, jamás divulgó pecador o pecado alguno, lo que invitaba a conversar de la manera mucho más abierta.

Conmigo fue testigo de excepción en enamoramiento, desenamoramiento y enamoramiento otra vez del derecho, del estudio y su ejercicio, y me animaba en tiempos difíciles. En materia de amores románticos miles fueron las tertulias y anécdotas sobre conquistas, fracasos y guayabos. El señor Alberto me conoció desde los 12 a los 49 años de edad y sabiendo como somos los personajes se imaginarán la cantidad y calidad de las conversaciones, anécdotas y experiencias.

Acompañó, no a su jefe, no a su socio, no como edecán, sino como su amigo, al Chino Hung en todo momento durante su tratamiento de quimioterapia y estuvo al lado de su lecho de muerte en 2006.

Sin ánimos de generar sentimiento alguno de lástima sino por el contrario de enaltecimiento y orgullo debe mencionarse y tal vez pocos saben  que en el 2008 le detectaron un tumor canceroso en la vejiga, sometiéndose a un delicado y cuasi experimental tratamiento lo superó, luego una tuvo una complicación en la columna que lo obligó a usar bastón. Atendió a su mamá, Margarita, par de años postrada en una cama hasta que falleció. Su hijo Carlos, Carlucho, debido a la diabetes es invidente y  ha sido el Sr. Alberto quien además de todas sus funciones se encarga de procurar el tratamiento y satisfacer sus necesidades, y a pasar se todas estas circunstancias siempre ha estado allí para ayudar a todos los que hemos requerido su asistencia y consejos, siempre con una buena voluntad, con coraje y buena actitud. Digno ejemplo de genuina resiliencia y estoicidad.

Le habrían ofrecido oportunidades de hacerse de importantes sumas de dinero que le hubiese sido de utilidad por las dificultades que atravesaba aprovechando que podía llegar a determinadas personas y todos los fines de semana cuando visitaba a su mamá Margarita le comentaba y ella le recomendaba que jamás hiciera nada que le perturbara el sueño, jamás firmó ni hizo nada sin preguntarme sobre las consecuencias jurídicas y que no dañaran a nadie ni su reputación. Eso es probidad.

Hace pocos días tuvo que enfrentar otro reto, recuerdo su llamada, tengo sus mensajes, tengo Covid hijo, gestionó todo como siempre, con entereza, con gallardía, pude hablar con el poco antes que lo ingresaran, se fue como muchos en estos momentos, en soledad. No quiero imaginar tal escenario en el que te encontraste amigo, estuviste acompañándome cuando papá se fue y me apoyaste para no desmoronarme y llevar adelante lo que ayudaste a papá a construir, no pude estar contigo en tu partida.

Decía a un gran amigo que era gracias a Alfred que la baticueva estaba activa y funcional pidiendo Batman ejecutar sus asuntos, de los que era su confidente, así ha sido por casi 4 décadas el Sr. Alberto, con la diferencia de que Alfred es ficticio y Albert era real.

Al saber de la partida del Sr. Alberto me decía otro amigo que era un verdadero gentleman, y otro que era de aquellos de la vieja guardia, de la vieja guardia, de esos que ya no hay. Eso me hizo reflexionar mucho, si bien esa vieja guardia no volverá exactamente igual, pese a las dificultades que atravesamos tenemos a alguien que pese a la adversidad mantuvo bondad en su alma y demostró el verdadero significado de la palabra amistad.

Allá donde hoy te encuentras, cuando te reúnas con mi papá y retomen tantas conversaciones pendientes dile de parte mía, de mi mamá, de mis hermanos, mis sobrinas, más recientemente llegado mi hijo, Roberto Emmanuel, y de tantas, tantas personas que tuvimos la dicha de compartir contigo que le agradecemos haya iniciado esa amistad.

Un gran abrazo a Margarita, a quien felicito por formar a un ser muy especial, pidiéndoles que desde donde se encuentren guíen, bendigan y protejan a tus hermanos y sobrinos, y muy especialmente a Carlos.

Pese al profundo dolor que me embarga y que es propio de la pérdida de alguien querido y que se agrava por la situación general que afecta la salud como lo es la pandemia así como la peste particular que afecta nuestras libertades como lo es el despotismo y la maldad que le es connatural, he de agradecer a la providencia el haber podido comparte importntes episioedios y fases de mi vida con alguien cuya nobleza fue y es genuina, así como ejemplo de fortaleza ante la adversidad.

Albert, hoy estás en un plano distinto, muy superior, y no quiero despedirme sin decirte que es un gran honor, se me hincha el pecho de orgullo de haberte tenido como amigo, que has sido y eres un hombre bueno, un verdadero caballero.

Ahradecido por siempre por tu amistad hacia mi padre, hacia mi familia, hacia mi.

Descansa en paz.

Comentarios

  1. Hermosas y sentidas palabras amigo. En el cielo está reunido con todos. Dios les de el descanso eterno.

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  2. Roberto. Me conmovió profundamente el leer la biografía de Alberto, la esencia de su vida y las enseñanzas y legado que ha tenido q dejar en tí. Y en todos quienes lo conocieron.
    Con este escrito has dado un homenaje justo a ese hombre bueno. QEPD

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  3. Mi sentido pésame, esos recuerdos tan nobles y gratos siempre vivirán en tu mente y corazón, así son los grandes hombres, lo maravilloso es dejar ese legado de amor y bondad por sus seres queridos ya fueran de su familia o amistades. Dios lo acoga en su seno y que brille para el la luz perpetua. QEPD.

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  4. Hermosa y merecida elegía en honor al amigo, recibe un abrazo y mis condolencias por su sentida desaparición.

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  5. Recibe mi más sentido pésame, Roberto. Se perfectamente por la emoción que estás pasando. Es un hueco que no llenará ningún ser humano. Solo Dios en su momento, te dará consuelo.

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  6. Recuerdo a Alberto con mucho cariño. Era mucho más que un asistente de tu viejo. De total confianza.

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  7. Gracias Roberto por tus palabras para con mi tío, me siento super orgulloso de él, siempre tendré en cuenta sus consejos, nunca olvidaré las charlas hasta altas horas de la noche, 1 de mis 2 tíos favoritos.

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  8. Que hermoso detalle de escribir acerca de grandes amigos que pasa a ser familia. Dios lo tendrá en un sitio especial. Amén

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  9. ¡NO ME HE IDO!
    Cerca, bien cerca estoy
    En algún lugar estoy.
    No puedes tocarme asi como no se puede tocar el amor... pero si puedes sentirlo.

    No... No estoy entre la tierra.
    Estoy en la sonrisa de tu recuerdo.

    Estoy en el silencio de tu suspiro.

    Estoy en la carita de quien ha nacido.

    ¿Escuchas el eco que se produce cuando ríes?

    Ese soy yo.
    Estoy, creeme que estoy.

    No tan lejos. No me busques tan lejos.

    Estoy cerca, bien cerca, a tu lado.

    Te sostengo cada vez que quieres caer.

    Te acaricio cada vez que comienza a doler.

    Yo sé que me sientes, yo te conozco, yo te veo. No es locura.

    Estoy aquí. Cerca, bien cerca.

    No se puede separar lo que se ata en el corazón.

    No se puede matar un sentimiento.

    Solo muere quien es olvidado.

    Te cuido, te protejo, te acompaño. No te he dejado... tan sólo me adelanté un poco en el paso...

    Y volveremos a estar juntos.

    Cuándo nos reencontraremos, sólo Dios lo sabe. Mientras tanto estaré aquí, a tu lado.

    Cerca, bien cerca...
    hasta el último día de tu viaje...

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  10. ¡NO ME HE IDO!
    Cerca, bien cerca estoy
    En algún lugar estoy.
    No puedes tocarme asi como no se puede tocar el amor... pero si puedes sentirlo.

    No... No estoy entre la tierra.
    Estoy en la sonrisa de tu recuerdo.

    Estoy en el silencio de tu suspiro.

    Estoy en la carita de quien ha nacido.

    ¿Escuchas el eco que se produce cuando ríes?

    Ese soy yo.
    Estoy, creeme que estoy.

    No tan lejos. No me busques tan lejos.

    Estoy cerca, bien cerca, a tu lado.

    Te sostengo cada vez que quieres caer.

    Te acaricio cada vez que comienza a doler.

    Yo sé que me sientes, yo te conozco, yo te veo. No es locura.

    Estoy aquí. Cerca, bien cerca.

    No se puede separar lo que se ata en el corazón.

    No se puede matar un sentimiento.

    Solo muere quien es olvidado.

    Te cuido, te protejo, te acompaño. No te he dejado... tan sólo me adelanté un poco en el paso...

    Y volveremos a estar juntos.

    Cuándo nos reencontraremos, sólo Dios lo sabe. Mientras tanto estaré aquí, a tu lado.

    Cerca, bien cerca...
    hasta el último día de tu viaje...

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