El proceso electoral menos importante



Hace unos días mientras el señor A.P.,  amablemente me asistió conduciéndome por la ciudad, ello debido a que mi vehículo se encontraba sin batería, y la dificultad de comprarlas, me preguntaba sobre la importancia de las elecciones parlamentarias y la participación de los electores , y de manera especial reflexionaba sobre cuál sería el destino de las próximas elecciones presidenciales, que esas constituían las más importantes y que muchas personas aguardarían para ejercer el sufragio en esa  oportunidad y no ahora, ya que la elección del presidente de la república representaba era el aspecto esencial para los cambios que requieren los países cuando sus ciudadanos consideran que no se han tomado las decisiones acertadas en su dirección hacia la  prosperidad.

Fue en ese momento cuando pensé, que así  como estábamos conversando, muchas personas, muchos electores desconocen el alcance de las distintas clases de elecciones que se celebran y su importancia.
Si bien las elecciones presidenciales en un país son importantes, allí únicamente se elige una única persona,  y no es precisamente para que mande u ordene, sino todo lo contrario, para que obedezca y ejecute los mandatos, las órdenes que se le impartan, mandatos que debe ejecutar con los miembros del gabinete y demás funcionarios a favor de la ciudadanía, total, en general, no sólo de quienes lo eligieron. Los presidentes son entonces, en las verdaderas democracias  “mandaderos” y no mandantes, y es en ese sentido que se debe entender cuando se les califica de “mandatarios”.

Ahora bien, ¿cuáles son las órdenes y mandatos que debe acatar y ejecutar este mandatario?, ¿quienes las dictan? ¿Cómo se hace? Pues quienes dictan esas órdenes al presidente somos todos nosotros, la ciudadanía en general, los que eligieron y no eligieron al mandatario, y ello se hace a través de las leyes que dictan los cuerpos legislativos de cada Estado, en donde se encuentran, o deberían estar representados, todos los sectores del país, y es por tal razón que para que esas órdenes y mandatos que se impartan cuenten con la mayor participación de los múltiples intereses de quienes habitan en determinado país, debe reflexionarse sobre la importancia de la elección de los representantes de la población, es decir, de las elecciones que son tan o más importantes que las de designación de los mandaderos, ya que en definitiva sobre quien recaiga tal designación, sea quien sea, tiene la obligación de cumplir los mandatos y órdenes, emanados en forma de leyes que dicte la Asamblea.


Resuelto así el tema sobre la importancia de participar en las elecciones legislativas, queda otro asunto y que no es cosa menor, ¿por quién votar?, pues cada persona, de manera concienzuda deberá someter a estudios las distintas opciones en su circuito, si esos candidatos que piden su voto tiene una buena gestión y están comprometidos con el bienestar de su estado. Sus antecedentes, preparación en materia de políticas públicas, y así como todos los aspectos que cada uno conscientemente analice y manifieste luego mediante el  voto. 

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