¿Qué es un Golpe de Estado? ¿Quiénes son sus víctimas?
En nuestra región, desde hace poco más de 25 años
hemos venido escuchando constante y repetidamente la expresión de “golpe de
estado”, que el golpe de estado del 58, que el golpe de estado aquí, que el
golpe de estado allá, que a tal le dieron un golpe de estado, que a cual le
estarían dando un golpe de estado si se hace esto, que en tal país se está
llevando a cabo un golpe de estado. Que hay que tener cuidado con un golpe de
estado, de derecha de izquierda, duro o blando, en fin, hablamos y nos
referimos de golpes de estado con una facilidad y soltura como si se estuviese
ante una figura, situación o concepto cuyo entendimiento y alcance es natural, cuando
en realidad , la generalidad de las veces la mayoría de las ocasiones no solo
se desconoce su verdadero significado y alcance sino que por el contrario, y lo
que es peor aún, se utiliza dicha expresión para calificar algo totalmente
contrario, y por supuesto que no habrá quienes ante ese general desconocimiento
y afán de manipular a la población con falaz retórica y argumentación
manipulada echa mano a la versión trastocada de la expresión para distraer la
atención de temas de ameritan verdadera e inminente atención.
Pues para comenzar nuestra reflexiones, nos
permitimos adelantar alguna ideal preliminar, ya que recordemos que la
intención es que cada quien se haga su propia y personal conclusión, y es que
contrariamente a lo que se cree, la concepción originaria y desde la que debemos
empezar nuestro análisis es que el concepto
de golpe de estado se circunscribe principalmente a las acciones por parte de
sectores contrarios a quienes, es especial “quien” ejerce el poder ejecutivo
para deponerlo de su cargo, muy al contrario, como se verá, es quien o “quienes” ejercen el poder, al no
hacerlo en estricto sometimiento a la ley, a las normas que regular y
restringen el ejercicio del mismo, y al derecho en su lectura democrática y
constitucional y no así arbitraria y totalitaria, quien es el golpista, quien
está ejecutando con su actuación contraria al estado de derecho un verdadero
golpe de estado un golpe contra el estado de derecho.
Consecuencia de los dicho con anterioridad nos lleva
a otra afirmación de importancia y es la de señalar quienes son o “quién” es la
víctima de un golpe de estado, y resulta que las víctimas directas de los
golpes de estado en modo alguno son necesariamente las personas naturales que
resultan depuestas de sus puestos, sean estos presidentes, reyes, dictadores, y
cualquier otra figura de autoridad que resulte removida “sin que se siga para
ello los procedimientos legales –lato sensu- previstos para ello”, ya que si
tal remoción es conforme a los procedimientos previstos legalmente tales como elecciones,
juicio penal, juicio político, revocatoria de mandato, mecanismos de sucesión
por falta absoluta o cualquier otra que se encuentra prevista en el ordenamiento
jurídico de ese determinado estado, jamás estaremos ante un golpe de estado.
Retomemos el tema de la víctima de los golpes de
estado. Y es que quien en efecto es el sujeto pasivo de esas acciones que se encuentran
al margen de las normas que rigen los poderes públicos es el mismo Estado, y es
que desde la propia acepción literal de la expresión originaria como lo es la
de “Coup
d´Etat”, ha de entenderse como de “Golpe
al Estado”, y nunca como si se les estuviera dando un golpe a determinada persona
que ocupa tal o cual cargo. Claro, que si las acciones de quienes ejecutan el
golpe de estado tienen como finalidad el de remover a determinada persona de su
cargo por vías no previstas en el ordenamiento jurídico a pesar que la víctima
del golpe es el propio estado, este personaje consecuencialmente se vería
afectado. Lo importante aquí es que jamás puede entenderse ni confundirse en
que en modo alguno esa determinada persona se tenga como el Estado mismo. Ya sobre
este asunto hemos dedicado trabajos anteriores.
Pasemos a los antecedentes históricos y que mucho nos
ayudan para entender mejor este tema y que no es cosa menor.
Ubiquémonos en 1851. En Francia, la primera
república, su presidente “electo” y “constitucional” era Napoleón III Bonaparte,
su nombre completo Carlos Luis Napoleón Bonaparte. Había sido elegido en 1848,
resulta que a poco tiempo para vencerse su período presidencial, y como ha de
ser muy bueno permanecer en el poder y su ejercicio absoluto e ilimitado corrompe,
y tenía una fuerte confrontación con la Asamblea Nacional, en fecha 2 de diciembre
ejecuta un “Golpe de Estado” del que resulta la toma de las instituciones y
organismos gubernamentales, luego la disolución de la Asamblea Nacional, posteriormente
se crea la segunda república y de allí el II imperio emulando a su tío Napoleón
Bonaparte I, que más recientemente fue descubierto que no eran parientes, y la
historia continúa…..
Lo importante en este estadio de nuestra reflexión es
tener la claridad en el entendimiento que la noción principal de lo que es un
golpe de estado, es que el mismo está dirigido a romper la institucionalidad de
ese estado, de vulnerar su constitucional conformación con no otra intención
que la de hacerse y mantenerse ilimitada e irrestrictamente en el poder,
alterar la debida separación de poderes y su intervención, particularmente la
de la Asamblea como vimos en el caso del “Coup d´Etat de Napoleón III” con esa finalidad de permanencia y en
ejercicio del poder, es decir, todo lo contrario a lo que es una verdadera Constitución.
Luego de 1851, ese no fácil concepto de “golpe de estado”
ha sido referido en términos generales a las acciones “siempre distintas a las
previstas en el ordenamiento jurídico” de deposición o sucesión de quienes
ejercen el poder en un determinado estado, y luego en atención a las características
del mismo les han puesto otras denominaciones como las de auto-golpe que fue la
que luego refirieron a la de Napoleón III, la de golpe de palacio, la de golpe
de estado stricto sensu, rebelión militar, derrocamiento, entre otras.
Como en anteriores trabajos, tal vez el lector luego
de las reflexiones que aquí se dejan, pueda resultar con mayores inquietudes si
lo que deseaba era que se puntualizaran los hechos precisos de los de los que
son los golpes de estados, y es que pueden ser tantas las situaciones que
resulta imposible catalogarlas casuísticamente, pero lo que si queda claro y es
incontrovertible es que si la deposición o sucesión de aquellas personas de sus
cargos está prevista en el ordenamiento jurídico de un país y la población ocurre
a ellas con tal finalidad de acabar su mandato no se está ante un golpe de
estado, por el contrario se está en el claro ejercicio de derechos civiles y políticos,
por lo que jamás estaremos ante un golpe de estado ante procesos electorales,
revocatorias de mandato “recall”, o
juicios político “impeachment”,
mientras que por el contrario, cuando se está ante el desconocimiento del
estado de derecho, restricciones de los actos de los poderes públicos que le
son propios, rechazo de la autoridad de la Asamblea como institución
democrática incluso previa a la existencia del estado modernos o las invasiones
por parte de tribunales a otras ramas del poder público sobrepasando los
límites impuestos por la Constitución si estamos ante una situación de perennes
y continuados “golpes al estado”, siendo el estado y todos sus ciudadanos sus
víctimas, quienes ven su calidad de vida pauperizada, que no cuentan con servicios
públicos de calidad, sin seguridad personal, sin salud, ni alimentación, sin
democracia, sin estado.
Fotografía de Napoleón III tomada de:
http://www.elcomercio.com/files/article_main/uploads/2016/03/06/56dca5ba97a6f.jpeg
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