CLAVES PARA ENTENDER EL GOLPE DE ESTADO…


… de 1851-1852 en Francia

Hace unos meses publiqué en el blog un trabajo que denominado “¿Qué es un Golpe de Estado? ¿Quiénes son sus víctimas?”, de manera general refería al antecedente como golpe de Estado que diera el llamado Príncipe Presidente Napoleón III (http://www.chinohung.com.ve/2016/05/que-es-un-golpe-de-estado-quienes-son.html). Ahora bien, en una investigación ulterior sobre el tema, en la que relacionaba la situación de Francia hacia la segunda mitad del siglo 19 con lo que aconteciera en nuestro suelo patrio en el mismo período, lo que nos obliga a  analizar lo ocurrido desde 1847 en adelante, me conseguí con un magnífico material en internet, una espectacular página en francés sobre la resistencia republicana al golpe de Estado de 1851,  entre el que se encuentra un trabajo de Philippe VigierLe coup d’Etat de Louis-Napoléon Bonaparte”. La página es “Association 1851 pour la mémoire des Résistances républicaines” (http://1851.fr/auteurs/vigier/).

¿Qué ocurría en Venezuela, durante ese especial período?

Las reflexiones de hoy serán dedicadas a entender el Golpe de Estado en Francia de 1851, pero brevemente recordemos qué pasaba en nuestro país en ese tiempo.

En 1847 había ganado la presidencia José (nombre real, Judas[1]) Tadeo Monagas, y en 1848 había protagonizado su asalto al Congreso en el que resultasen varios representantes asesinados y heridos. Monagas al ser increpado que tal actuación era inconstitucional profirió su célebre triste frase: “la constitución es un librito que sirve para todo”.

Años más tarde, habiendo asumido por segunda vez la presidencia de 1855 a 1859, propició la constitución de 1857 con la intención, como la de todos los autócratas de perpetuase en el poder. Al año siguiente se vio obligado a renunciar para evitar el enfrentamiento y derramamiento de sangre entre venezolanos, pidiendo asilo a Francia, entonces II Imperio Francés, cuyo emperador era Napoleón III.

Volvamos al tema que nos interesa, lo que ocurría en Francia, el Golpe de Estado y sus claves para entenderlo.

En 1848, Napoleón III, había sido elegido presidente de la Segunda República Francesa, el llamado príncipe presidente; funciones de presidente que ejercería conforme la Constitución del 04 de noviembre de 1848 por cuatro años únicamente, período que en que al finalizar no estaba prevista la reelección. Acercándose la finalización del período presidencial, y como ha ocurrido siempre en la historia de la humanidad, la intención de los autócratas ha sido  y es la de perpetuarse en el poder; el propio Napoleón III, el príncipe presidente, atesta en 1851, uno de los primeros antecedentes de lo que se conociese como “Coup d´Etat” o “Golpe de Estado”; que consistió en un primer acto como lo fue el famoso decreto del 02 de diciembre de 1851, mediante el cual, el presidente, en nombre del pueblo francés, disolvió la Asamblea Nacional, declaró un Estado de sitio suspendiendo las garantías constitucionales, abrogó la ley de elecciones pasando a restablecerse el sufragio universal, solo masculino, y convocando a un plebiscito mediante el cual se aprobaría una nueva Constitución.

No hacen falta mayores conocimientos de la lengua francesa para entender el contexto y alcance del Decreto. A continuación ejemplar del afiche publicado en las calles de París en la madrugada del 02 de diciembre de 1851:






y convocatoria en el que se le otorgan poderes al presidente para dictar una nueva constitución:




El 14 de enero de 1852, en Francia, se adoptaba un nuevo texto constitucional mediante la cual la institución de la jefatura de Estado y de gobierno le correspondían ya no de manera limitada cuatro años al presidente, sino que se extendió a diez años sin restricciones en cuanto a la reelección, jefatura que sería ejercida por Napoleón III. Surge así el II Imperio Francés, y su Emperador, no más que un simple dictador, Napoleón III. Llamado Imperio que duró hasta la muerte de su emperador en 1870.

De las claves para entender ese “Coup d´Etat”, ese “Golpe de Estado”, observamos que no necesariamente ha de provenir de agentes ajenos al poder, de quienes lo ejercen. La observación ha de hacerse ya que suele entenderse, erróneamente, que los golpes de Estado son solo aquellos que dan las fuerzas armadas y ello no es así. En el caso de Napoleón III, al igual que de Monagas, observamos que son perpetrados desde el mismo poder y con la intención de perpetuación en su ejercicio.

Esa clave, a su vez nos dirige a otra, y es que en modo alguno debe considerarse que los golpes de Estado se dirigen exclusivamente contra “las personas” que ejercen el poder, es decir, contra tal o contra cual persona específica. Tal como se señalase en el trabajo anterior sobre el tema, las víctimas, los sujetos pasivos de los golpes, son el propio Estado, en especial bajo el ejercicio de gobiernos legítimos, es por ello que se observa en la historia que constituye igualmente un golpe de Estado que poderes distintos al ejecutivo, como lo puede ser principalmente sectores de las fuerzas armadas con la procura de ejecutar un golpe dirijan  su acción a la jefatura de Estado o de gobierno, pero igual Golpe de Estado es que la propia jefatura sea quien lo haga, lo que con el tiempo se ha referido como auto-golpe o golpe de palacio, pero visto que el antecedente de Napoleón es el clásico y el tradicional, el originario, el que dan los autócratas desde el poder mismo para perpetuarse en el poder, no puede pasarse desapercibidamente que quienes en determinados momentos de la historia ejercer la jefatura, estén allí como consecuencia de un golpe de Estado o que para mantenerse en su posición acometan hechos asimilables a múltiples golpes de Estado, muchos de apariencia legítima.

Otro aspecto de sumo interés, es que tales golpes no han de verificarse en un único acto, ni tampoco tienen que ser expresos o estrepitosos. Con el desarrollo social, tienden a ser cada vez más solapados y hasta silentes, ello para procurar como todos, un velo de legitimidad. Así como la delincuencia general se adecúa a nuevos tiempos y tecnologías, los dictadores hacen lo propio.

Siempre los autócratas y dictadores, señalarán que sus actuaciones tienen sustento y a su vez como finalidad al propio pueblo, en su beneficio, y claro está en la propia soberanía. Observemos pocas líneas arriba el contenido del decreto del príncipe presidente Napoleón III, que prácticamente se rasga las vestiduras por su pueblo francés, incluso cuando restablece el voto universal masculino. Así ha sido, es, y será de todo régimen totalitario, que busca una ilusión de constitucionalismo y legalidad de su actuación, como si el hecho de contar con una constitución a su medida (minúsculas intencionales), validara de alguna manera las violaciones y abusos.

Mencionamos que tampoco un golpe de Estado se verifica en un acto único. No es así, por lo general existe un hecho principal, y luego diversos otros ejecutados como consecuencia de este primero que se puede tener como el propio acto del golpe de Estado. Pero también puede verificarse que de los múltiples actos, o hechos, tengan además de la importancia general de su interrelación y sucesión, lo que muchos han denominado un golpe continuado para mantener a los golpistas en el poder, tengan su propio gran valor individual.

En el caso del Golpe de Estado de Napoleón III, el acto originario y principal fue el decreto del 02 de diciembre de 1851, pero el golpe de estado en su consumación general y el mantenimiento en el poder no ya como presidente, sino como emperador, o más adecuadamente dictador, va acompañado de múltiples actos de sostenimiento del golpe, que pueden resultar de la ejecución del acto primigenio o no. En el caso del golpe francés de 1851-1852 y que durase hasta 1870, entre otros acontecimientos podemos mencionar: disolución de la Asamblea Nacional, Estado de sitio o de excepción, plebiscito para dictar una nueva constitución (con minúscula), aprobación de una nueva constitución en enero de 1852[2], desarticulación  de los poderes públicos, y así.

Con las claves que aquí de manera muy general se esbozan, la intención es la de suministrar herramientas,  que pueden tomarse en cuenta o no, para que con conciencia crítica el lector, ante los hechos históricos que bien pudieran parecer muy lejanos en el espacio y en el tiempo, pero que en modo alguno lo son, forme su propio criterio sobre la influencia en la historia universal de ese personaje que fue Napoleón III, el golpe de Estado que dio y el texto constitucional que promovió, especialmente sobre lo que es el constitucionalismo.

En conversaciones con profesionales con conocimientos en ciencias políticas y sociales, de filosofía e historia, especialmente de derecho constitucional,  sostenidas previamente al presente ensayo y en las que surgieran profundas reflexiones sobre esa decimonónica época que nos marcara hasta nuestros días, por supuesto que no escaparon las correspondientes precisiones sobre los aciagos momentos que padece Venezuela en el Siglo XX y la manera como recibió el Siglo XXI. Reflexiones, precisiones, afirmaciones y conclusiones que darían lugar a preparar no sólo una entrega del blog, sino obras que contarían de múltiples y amplios volúmenes.

Algunas de las tesis que surgen en dichas tertulias y que ameritan su mayor estudio y análisis al que se invita a ahondar, y para cual pudieran ser de ayuda las claves aquí expuestas, es que el último y más reciente golpe de Estado asestado contra el Estado venezolano, tuvo como hecho o acto con relevante importancia el día 02 de febrero de 1999, fecha en la que algunos pueden afirmar se concretó el golpe del que se sustenta la actual jefatura, cuando quien se juramentase como jefe de Estado, lo hiciera desconociendo el orden constitucional existente, incluso hay quienes afirman que no sujetándose a las fórmulas de juramento establecidas desde la creación de la república, tal acto es totalmente inexistente y por ello el ejercicio de la jefatura ilegítimo.

Se ha comparado el procedimiento de adopción de una nueva constitución con el mismo fin y propósito de Napoleón III de perpetuación en el poder, y que la ejecución de los actos del poder público referidos en ese texto constitucional no hacen más que mantener algo similar al régimen imperial de la Francia luego de 1852, que no fue más que una dictadura que duró 18 años, y que luego pasó a la Tercera República Francesa, que pudo suportar grandes embates de la historia antes que cediera en la Segunda Guerra Mundial.

Como se observa, nada fácil emprender esta tarea al estar próximo a acabarse el espacio dispuesto para este ensayo, por lo que dejo nuevamente al lector someta a su consideración personal este tema, formulando su particular opinión y moraleja, que en mi criterio personal sería la vigencia, hoy más que nunca, la resistencia de los ideales republicanos, de la verdadera república, ante los golpes de Estado que han mantenido en el poder a tantas dictaduras y regímenes totalitarios que dicen ser constitucionales y democráticos, y que para ellos tales expresiones no son verdaderos ideales sino simples sofismas y falacias acomodaticias para perpetuarse en el poder.


Fotografías tomadas de Association 1851 pour la mémoire des Résistances républicaines
Decreto del 02/12/1851: http://1851.fr/wp-content/uploads/2016/02/affiche_0212.jpg





[1] Su verdadero nombre era “Judas” Tadeo Monagas  y no José Tadeo. Nombre que coincide con el día de nacimiento la fecha de su santoral, el 28 de octubre.
[2] En página de internet del Consejo Constitucional de la República Francesa pueden observarse la Constituciones de 1848, de 1852, y todas las demás Constituciones de Francia. Asimismo hay una sección con todas las Constituciones de diversos Estados.

Comentarios

  1. Excelente. Lectura obligada para refrescar conceptos y añadir otros a esta navegación pr aguas turbulentas que vive la República, las peores desde 1814. Te felicito

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    1. Gracias por su reflexión. La intención no es otra que la de poner a disposición instrumentos para la debida lectura del derecho, principalmente constitucional y rescatarlo de las perversiones a las que ha sido sometido. A pesar de ser un tema de corte jurídico, no se agota con la atención desde esa óptica, intento utilizar lo menos posible el lenguaje técnico jurídico para que llegue a mayores destinatarios. Espero estar logrando esa finalidad.

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  2. Un texto muy interesante. Una puntualizacion para ser más precisos. El II Imperio Francés no duro hasta la muerte del Emperador (que fue en 1873) sino tras la derrota de la Guerra Franco-Prusiana (el germen de mucho de lo que iba a venir despues).
    Algo interesante de los golpes de estado y que no se ve, es que no siempre se realiza contra todo el aparato del Estado. A veces sólo es el jefe de gobierno independientemente del Jefe de Estado (Primo de Rivera en España), y como bien indicas, puede pasar desde la misma jefatura del estado (Fujimorí en Peru)

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    1. Muchas gracias por sus precisiones. Son valiosas colaboraciones para un mejor entendimiento de nuestras realidades.

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