Denme claridad que voy a leer... esa carta desgraciada…
¿Qué
habrá escrito de su puño y letra la amada Soledad en esa desgraciada carta que ameritó romperla en la oscuridad?
Interesante
canción. ¿Cuál es su contenido?, indudablemente, despedida, fin de la relación,
romper con el pasado, seguir adelante, enmendar errores, apartar lo malo, cada
oyente de la entretenida y pegajosa canción le pone el ingrediente que su
imaginación y experiencias lo ubiquen en ese singular ambiente que evoca, sea
como destinatario o remitente de la especial misiva, si se ha estado en ambas
condiciones, así como del clamor de
claridad para su lectura y entendimiento o la oscuridad para asimilarla y aceptar su contenido, aunque no sea de su
agrado.
Mucho
tiempo hace que el padre de Agustín, el coronel, espera su famosa y ansiada
carta, nunca llegó. Ya nos imaginamos la base de su alimentación.
Muchas
otras personas desde hace tiempo esperaban recibir noticias de otra también
famosa carta, les llegó noticia de ella. Otros personajes que nada quieren
saber de esa misma carta que pudiera desgraciarlos, jamás pesaron que les llegaría
noticias de ella, a pesar de aparecer como sus claros destinatarios, procuran
oscuridad para no recibirlas.
El
día de ayer (31/05/2016), se hizo pública la solicitud de inmediata convocatoria
del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos por parte de su
Secretario General, ello para realizar una apreciación colectiva y adoptar la
decisiones que se estimen convenientes sobre la situación de la
institucionalidad democrática en Venezuela, todo ello sustentado en un
detallado informe (http://www.oas.org/documents/spa/press/OSG-243.es.pdf)
Los
medios de comunicación, las redes sociales en general y en especial las páginas
en internet de noticieros hacen referencia a dicha solicitud, a esa llamada
“activación de la Carta Democrática Interamericana”, instrumento y aplicación
que salvo el particular caso de Honduras y a instancia de su propio gobierno,
no tiene antecedente en el continente.
Múltiples
y muchos voceros han ofrecido sus opiniones y pareceres, tanto quienes adversan
al gobierno autodenominado revolucionario, así como los propios funcionarios y
seguidores del régimen, quienes insisten en señalar que tal “solicitud”,
“aplicación” o “activación” de la Carta, es improcedente, ya que debe ser
efectuada por el mismo Estado, entendiendo ellos que solo le corresponde al
gobierno, así como que únicamente procede ante la ocurrencia de un “golpe de
Estado”, que únicamente entienden como ese gobierno y en especial el presidente
fuese la víctima. Incluso, hay quienes con total desconocimiento de nuestra
historia han expresado que a esa Carta le harán frente con la Carta de Jamaica
–un breve comentario sobre esto se hará infra-.
Se
encuentra a disposición en la red para
cualquier interesado, un sinnúmero de páginas que explican de manera más o
menos sencilla, más o menos técnica, todo lo relativo a esa famosa Carta, su
naturaleza,, solicitud, activación, e incluso sus efectos, lo que si no se
consigue de manera sencilla en las redes es la manera de cómo leer esa Carta, y
para lo cual debemos tener suficiente “claridad”, evitando la “oscuridad”
propia de los totalitarios.
Aprendiendo
a leer la Carta.
Como
suficientemente se extrae de diversas entradas de este blog, conceptos como Constitución, democracia y derechos humanos, suelen ser leídos e intentados por
sectores totalitarios y absolutistas mediante argumentaciones retóricas y
falaces para manipular y pervertir su verdadero alcance. Así vemos como se hace
uso de lo que es una Constitución como un mecanismo de ejercicio del poder
cuando la Constitución es tal si es una limitación y restricción del poder.
Promueven los totalitarios que su actuación es democrática y constitucional, con no otra
intención de la de pretender tener un velo de supuesta legitimidad de su
actuación, pero que no es más que la negación del propio Estado de Derecho, y
vaya que han logrado confundir a grupos de personas.
En
el caso de la Carta Democrática Interamericana, la situación no es muy
distinta, su lectura y alcance tratará siempre de ser tergiversado por las
fueras del absolutismo, de los regímenes cleptocráticos, cuando la verdad es
que los sujetos pasivos, los obligados de esa Carta tanto frente a los
ciudadanos como frente a la región son principalmente los gobiernos de los
Estados partes. Debiendo hacerse esa lectura de la Carta, en tanto desarrolla
derechos humanos, libertades civiles y políticas de los ciudadanos, todos los
ciudadanos, frente a los Estados, todos los Estados, de manera progresiva en
cuanto esos derechos y su garantía, y jamás como instrumento o mecanismo de
ejercicio del poder de los gobiernos,
menos aún de aquellos despóticos.
La
lectura de la Carta, con la claridad e inteligencia debida, no puede ser otra
ante la defensa de la población en el ejercicio de sus derechos fundamentales
que son progresivos y de interpretación extensiva que la de su procedencia, así como de las medidas que a bien deban tomarse.
Misceláneas:
(i)
En la Carta de Jamaica. Simón Bolívar en 1815 se dirige a su destinatario explicando la
importancia del auxilio y ayuda externa en la lucha contra España. Es una total
aporía que funcionarios y voceros del régimen que califican como
injerencia las actuaciones de organismos
internacionales que son adversas a su proceder, se refieran esa Carta que lo
que hace es destacar la importancia de la participación extranjera en asuntos
dentro del territorio nacional.
(ii)
Siendo el instituto del referendo revocatorio un derecho constitucional, toda
interpretación sobre su solicitud, normas y desarrollo ha de ser a favor de su
realización, de manera progresiva y extensiva. Lo contrario, imposición de
requisitos, procedimientos y lapsos que retrasen o restrinjan su ejercicio
constituyen nuevas y mayores violaciones.
(III)
Enlace a la canción La Carta de Gualberto Ibarreto:
Comentarios
Publicar un comentario