Llegando ya de la celebración de mi cumpleaños, 44, son muchos los sentimientos que me embargan y no es nada fácil resumirlos y analizarlos. Desde los mensajes del grupo familiar que piensan que soy el cascarrabias y al que es imposible hablarle, hasta los amigos del deporte que se acuerdan de anécdotas siquiera juveniles sino infantiles. De quienes se refieren de mi como Robertico o chinito, hasta quienes lo hacen como profesor o señor Hung. Quienes viven al lado o quienes se fueron a vivir lejos, incluso en tierras australes.. Muchísimos han sido los mensajes que he recibido de todos ustedes y me encantaría responderlos individualmente. Créanme que los he leído todos, cada uno de ellos me han hecho recordar y sentir todos los momentos vividos, la época de infancia y escolaridad, de juventud de bachillerato, los primeros acercamientos a la intimidad, la plena intimidad, física y espiritual, las épocas de proyección social, encuentros y desencuentros, dudas y aciertos, profesio
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